Las cosas por su nombre.

Si ud es un paseante atento y observador habrá percibido los enormes carteles invitando a un festejo liderado por un pastor en una cancha de fútbol. Los carteles inundan las calles y en él se puede observar a un pastor en plena oración. Esto no es raro, pastores y ovejas hay en todos lados, incluso decir que los pastores extranjeros son agentes de la CIA como Palau y el Puma Rodriguez sería un lugar común. Sin embargo hay una cosa sumamente llamativa en ese afiche. El pastor del que hablamos se llama CASH E. Luna. Sí, se llama CASH. Es como llamarse "Dinero en Efectivo" Luna.

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Esa nominación me hace pensar en diferentes cosas. Aparentemente las religiones naturalistas no han muerto. Si los egipcios creían en los bueyes y a su Dios le llamaban Apis y los Incas a la Tierra y al Sol (Pacha e Inti) creer hoy en CASH no es menos lógico. Otro punto importante es lo explícito de quien le puso a este hombre su nombre al nacer. Quién al nacer es llamado de esa manera no tiene más que dedicarse a poner una casa de cambio o hacerse pastor pentecostal. Como verán los nombres signan a las personas, sino recuerden a Migazake A. Misanguche, aquel oriental vendedor de emparedados en la Estación Terminal del Chaco boreal. O si no basta recordar el panadero televisivo que se llama Felipe Mignon. (Para quienes gusten de los nombres paradojicos remitanse al tema de Molotov "E. Charles White")

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Las personas tienen un sentido ambiguo en su denominación. Porque las personas ¿se llaman lo que son o son lo que se llaman? Es cierto que los nombres caracterizan a las personas. Hay libros con listados de nombres y significados que los padres compran y leen compulsivamente antes de tener hijos. De esta manera se los nombra y también se decide cómo va a ser ese retoño en la vida. Por ejemplo si te llaman Juan sos "Dios es misericordioso" que no sabemos cómo pero en teoría te marca para toda la vida. Si te llamás Sebastián entonces significa venerable, y tu nombre te influye para ser una persona noble, de respeto, muy serio, con objetivos muy concretos en la vida, que sabe lo que desea y la forma de poderlo alcanzar, que no es de grandes pasiones ni muy sentimental. Y todo esto se cumple.

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Estos ejemplos están basados en mitologías o creencias antiguas con base religiosa, pero también hay estigmas paganos con los nombres. Es simple percibir que si te llamás Rosita vas a ser solterona toda tu vida. Si te llamás Mabel vas a ser ama de casa. Si te llamás Malena vas a ser arrabalera. Si te llamás María Marta vas a ser gorda. Si te llamás Rita vas a ser media turresca. Si te llamás Domingo flor de vago, y si sos Guido, andá comprando tacos y lapiz labial.

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Existe otra vertiente en el mundo de la nominación. En un pueblo aborigen del Amazonas, a los recién nacidos no se los nombra. Sencillamente se los deja anónimos y es recién en su cumpleaños número 5, cuando les ponen sus nombres. Pero no les ponen un nombre cualquiera y porque sí, tampoco es que se trate de una democracia de los nombres y se los dejen elegir. Lo que hacen es nombrarlos de acuerdo a cómo fueron, que demostraron y que hicieron en sus primeros cinco años de vida. Así por ejemplo si un niño fue muy pero muy llorón, pues le ponen Lacrimoso Gómez. Si en cambio fue muy, pero muy alegre, entonces le pondrán Chistín Alegrete.

Hay mucha gente que siguiendo este ejemplo de llamarse lo que son, proceden a cambiarse el nombre. Esta práctica es sumamente popular entre los miembros de la farádula, como el caso de la bien conocida Tetamanti. Otros en cambio deciden evitar por razones artísticas sus nombre, entonces María Rita Casanova es Moria Casan, Mirtha Martinez Suarez es Mirtha Legrand y Vladimir Illich Ullianov es Lenin. Otro caso enigmático es el de los brasileros, en especial sus jugadores de fútbol. En general gozan de nombres largos y compuestos (Edson Arantes do Nascimento o Emeterio Carlos Saturnino Guajardo) pero deciden cambiarlos por sobrenombres chiquitos o con diminutivos. Entonces uno se encuentra en un mismo equipo con Dede, Didi, Dodo (aunque también es el asistente del inspector Clouseau), Dudu y Dadada.

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A veces tengo problemas con los nombres y las personas. Hay una chica a la que no le sé el nombre pero para mí se llama Miranda Buendía. Se llama así porque cuando la vi por primera vez se escuchaba en el lugar el tema "Don" de "Miranda" y ella sólo dijo "Buen día". Así como ella tengo mucha gente a la que no le conzco el nombre pero yo le he adjudicado uno de acuerdo a lo que es o hace o pasa.

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Bien, este breve discurrir no pretende más que sembrar la duda. Generar el cuestionamiento. Yo por lo pronto estoy seguro de llamarme lo que soy. Sí, soy y me llamo Poquito.