23 septiembre 2005

Tubos y Tubito.

Tubito se llamaba el perro salchicha de la vecina de mi abuela. Era marrón y largo como un embutido alemán, de piernas cortitas y gordinflón. En invierno le ponían un pullover de lana . Tubo se llama lo que hizo TECHINT en Perú, que no es lo mismo pero se parecen.
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TECHINT realiza cuatrimestralmente boletines informativos. En el último, correspondiente al periodo Mayo/septiembre de 2005, nos informan sobre la construcción de un ducto de gas que atraviesa todo el Perú. El proyecto se llama Camisea y consiste en tubos gigantes que atraviesan todo el Perú para transportar gas natural desde las reservas de San Martín y Cashirirari hasta Lima. Según el informe estamos en presencia de una de las estructuras más importantes de la región abriendo una nueva era energética. También aseguran que construir un tubo de 731 km de largo para pasar gas tuvo un incoveniente: la reserva estaba en medio de la selva amazónica. Selvas, ríos, árboles y pobladores se interponían entre la empresa y su objetivo. Claro que nada de eso fue un impedimento porque ni siquiera la selva más grande puede hacerle frente a miles de horas de grúa, y miles de kilos de dinamita. Según el artículo ni siquiera el río Apurímac pudo detenerlos, la fuerza abrumadora del progreso en forma de grúa CAT se encargó de abrirle camino al tubo que transportaría el gas que daría calor y felicidad al hogar de miles de peruanos en su capital. El dueño del caño que atraviesa Perú es un conglomerado que bien podría llamarse el Dream Team de la trocha gorda: USA, Corea, Argelia y Bélgica se sumaron a argentinos y peruanos para crear el falo metálico más largo de Latinoamérica. Nadie se olvidó de los pobladores, porque a las 42 comunidades campesinas, 22 asentamientos rurales y 9 comunidades nativas, les tocó la noble tarea de ser contratados para recolectar semillas y crear un vivero donde crecen los plantines que en un futuro servirán para reforestar el sendero por el que va el tubito. Perdón, el tubo, no tubito.

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Mi amigo Javi es ingeniero, no es uno más de mis amigos que se hizo ingeniero. Él fue uno de mis más mejores amigos durante la adolescencia. El sólo ruido de su 404 gasolero anunciaba su llegada junto al Maceta y al Napia y el comienzo de una nueva aventura. Al principio sus ocurrencias e inventos tenían fines prácticos inmediatos que podían llegar a ser brillantes. Cocinar un huevo duro con dos cables de luz o tirar un angelito por un alambre para simular su vuelo en un pesebre viviente de navidad eran ejemplos de una genialidad doméstica admirable e inagotable. Javi siempre fue un tipo ambicioso, pero con los años se fue haciendo cada vez más notorio. Empezó a generar proyectos que suponía le depararían ganancias inmeditas, pero siempre fracasaban. Hasta que una vez recibido, una empresa le dio un trabajo. Su inventiva ahora estaría al servicio de un poliducto que atravesando Bolivia, transportaría riquezas de subsuelo como gas o petroleo o sangre si fuera necesario. Su ambición había llegado a ese lugar que él siempre había deseado. Su vida alcanzó un nivel interesante: barrio privado, rubio entre tantos aborígenes era aclamado por las chicas, sueldo bien pago y status profesional. Hasta que un día una explosión social estalló en Bolivia. La población aborigen y las clases subalternas salen a la calle y reclaman por las regalías petrolíferas, la proliferación de empresas transnacionales que, en connivencia con la clase política, extraen los valores del subsuelo y lo transportan en ...(oops) poliductos. La desesperación que transmitía Javi a través de mails era tenebrosa. "Tengo una camioneta, combustible y provisiones como para llegar hasta Yacuiba (frontera con Argentina), no se preocupen por mí." decía un mail escrito desde su refugio antibolita. Yo me preocupé un poco por él. No por su vida sino por la vuelta carnero que la vida había dado, que lo ponía a mi viejo amigo frente a las consecuencias de sus ambiciones. Quizás no se dio cuenta dónde estaba y que era lo que hacía. A veces los que trabajan en las fábricas no saben que és lo que producen cuando producen porque ven los productos por pedacitos. Capaz que a él le pasó eso, o quizás no lo quiso ver. Lo cierto es que el miedo se apoderó de él, el miedo a los indios que tienen lanzas y que, cuando se ponen cabríos, al primer blanco que se les cruza lo empalizan, aunque jure que fue sin querer queriendo. Pronto el revolcón social terminó y él volvió a su trabajo sin necesidad de llegar a ninguna frontera. Nunca le pregunté que hizo con las provisiones pero me imagino que ya se las comió.
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"Cómo es que te vas Salvador de la compañia si todavia hay mucho verdor" dice el tema Trópico de Cáncer de Café Tacuba. Salvador pertenece a ingenieros civiles y asociados. Para sus amigos es un puente entre el salvajismo y el modernismo, un representante del progreso y el avance civilizatorio. Salvador es ingeniero, es el salvador de la humanidad. Pero de repente un día a Salvador se le ocurre que ha llegado el tiempo de darle lugar a los espacios sin cemento: "Por eso yo ya me voy, no quiero tener nada que ver con esa ferrea relación construcción/destrucción". Me gustaría conocer a Salvador, algún Salvador debe haber. Por ahí suelto, que de repente tanto progreso iluminado le duela.
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Mientras escribo me siento extraño, un poco enojado, otro poco desilusionado, y quizás hasta triste. Incluso recordé otra canción. Esa de Gieco que dice "si nuestro sudor sirviera, ya habría algún sudoructo". Y me vuelan ideas y preguntas por la cabeza. ¿Quién era la que no podía mirar para atrás porque se convertía en estatua de sal? ¿Mi tía Chela? ¿La mujer de Lot? ¿Quién fue el que se ató al poste para poder escuchar a las sirenas y le tapó a sus marineros los oídos ? ¿Ulises, Javi, Techint, Salvador?
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La dominación de la naturaleza y del hombre siempre fue un objetivo de la humanidad racionalizadora. No hay nada que se oponga al proceso de la civilización, no existe fuerza en el mundo que pueda frenarlo. A veces pienso que los príncipes del progreso no entienden de sangre y de sudor o de savias y cortezas, o gusanos, no les importa. El discurso del progreso, de la civilización, llevó a la más pura linealidad de pensamiento, una linealidad que en su camino no analiza consecuencias, visiones alternativas, posibilidades. Las empresas hacen análisis de impacto y de costos sociales y ambientales y realizan actividades secundarias o pequeños aportes desde la "responsabilidad social de la empresa". Meros elementos burocráticos un poco legitimadores de la destrucción. A veces, el progreso ni siquiera se presenta como algo ideológico o a lo sumo filosófico, se trata pura y exclusivamente de un envión, un impulso que hay que seguir y no detener. Estoy seguro que dirían que sin industrias no hay trabajo, y tienen un poco de razón, pero y ¿tanto cuesta pensar un poco en los demás? La razón iluminista en su proyecto incompleto llegó tomar la forma de civilización o barbarie, orden y progreso. A veces siento que el progreso tiene cara de ingeniero y usa camisa a cuadritos con una calculadora en el bolsillo, que si le preguntan por un indio, piensa en un Cherokee porque es el modelo de camioneta que usan para pasar por arriba los obstáculos del presente en el viaje al futuro.
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Tubito el perrito no tuvo un final muy feliz. Perro salchicha y gordo bachicha tomaba solcito de invierno en la vereda. Tenía puesto el pullover ese de lana que le tejía su dueña Doña Olga. Un día, cuando en el barrio abrían las zanjas para instalar la red de gas natural, Tubito decidió acercarse a enterrar un hueso en la zanja. Cuando vio la fila de caños pensó que se trataba de una jauría de perros salchichas que como golodrinas venían a visitarlo. Un obrero peruano miope al verlo largo y de color blanco por el pullover y marrón por el pelaje, lo confundió con un caño y lo llenó de tierra. Los dos se confundieron. Tubito fue enterrado vivo. Algunos dicen que el obrero usaba una pala marca CAT. Durante días lo buscaron y nunca lo encontraron. A mí me lo contó un vecino. Algún día Tubito será petroleo.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Noto cierta fascinación por los perros. Soy ingeniero, no entiendo como pueden dudar del progreso en un país que está en el subsuelo del desarrollo. No nos podemos dar el lujo de evitar el crecimiento industrial.

...wensel... dijo...

la verdad es que siendo ing (o proyecto de) no puedo ser del todo imparcial, pero me parece que el cemento frio y crudo también aportó mucho a la calidad de vida de hoy en día. Sin ir más lejos que sería de nos sin cloacas, edificios que nos protejan y obras que eliminarn la malaria en italia y demás pestes en panamá?

Me parece que tendríamos que ver de quien es la culpa, si del ing que cruza el falo por américa, el boliviano que sin querer enterró a Tubito para ganar unos pesos para su casa, del abogado hdp que se empomó a media latinoamérica para pasar el falo o de los sociólogos y demás humanistas que convencieron a las culturas indígenas para que dejaran sus tierras para darle paso a Camisea a cambio de espejitos de colores...
¿será de uno o de todos la culpa?

Juan Poquito dijo...

Gracias wensel, al fin alguien que no está de acuerdo. La idea no es encontrar culpas sino responsabilidades, y también descubrir que detrás de ciertas decisiones ya sea el abogado, el ingeniero, el sociólogo o quien sea hay consecuencias. Y que cierta visión mecánica del progreso que parece desideologizada. lleva en el fondo una pretensión de dominación a fuerza de lo que sea.
Me había olvidado pero el tema de Bersuit Madre hay una sola trata sobre lo mismo. Me alegra que wensel siendo casi ing te haya servido el blog para discutir el tema
Un abrazo
Juan

Leonora dijo...

,...

ojalá pudiéramos vivirsin tantas complicaciones, más a la deriva, más relajados,

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